5 de octubre de 2011

Sobre los infelices profesos

Los "infelices profesos" son aquellos quienes dan cátedra de su infelicidad y de lo mal que les va en la vida. Una característica de ellos es quejarse pero no hacer nada al respecto para cambiar su situación o bien llamado, destino. Señores, el destino está en nuestras manos. Obviamente no me estoy refiriendo a situaciones que escapan a uno. Por ejemplo, una enfermedad, una situación económica. Hablo sobre las decisiones, lo que está en poder de uno. Pero, joder, si al pelotudo que tenés al lado le tenés que decir todo lo que necesitás, no te sirve. Y está en tu poder mandarlo a freír churros. Si te quejás que no podés respirar un puto segundo de todo lo que tenés que hacer, tomate una hora (media ponele), comete una picadita y arrancá de nuevo. Si siempre la misma persona te hace desplantes, y bue, fijate y hacé algo al respecto. Si te quejás de estar sola, pero tampoco te comprometés con nada. Lola.
Yo apuesto a esas personas que se quejan pero que reaccionan, que apuestan a pesar de los vendavales, que no se quedan llorando en su casa, que van a buscar respuestas, que suman. A esos que realmente les va como el culo y tienen una garra impresionante para salir adelante.
No nos quejemos de llenos. Hay más situaciones de las que creemos que podemos cambiar. Y no soy idealista, lejos estoy de serlo.  Sólo creo que la excusa más cobarde es culpar al destino.

Valeria Vidal Olmos

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