21 de agosto de 2012


Y si...quizás sea un buen momento para volver a buscar colores, desplegar las alas y no seguir esperando a que llegue la primavera. Las palabras justas en el momento justo.

11 de agosto de 2012

Me da otra vuelta al recuerdo, señor?


Había llegado el momento. Toda la semana cumpliendo promesas (o simulando cumplirlas), haciendo deberes, “buena letra” como diría su abuela para tener su ansiada revancha sábado tras sábado. Todo valía. Nada podía interponerse ante el encuentro con él. EL. Ese ser insuperable que le quitaba el sueño cada agonizante noche. Había estudiado todos sus movimientos, los giros imperceptibles de su muñeca, el rápido  y sucesivo movimiento de su brazo. Había probado caballos, aviones, autos hasta burros alados. Sin embargo, cada vez que lo intentaba fallaba. Una y otra vez. Pero hoy no. Hoy iba a obtener su victoria. Había crecido dos centímetros. Esa era el toque que le faltaba. Y así, Pablo subido a un carro de colores metalizados, sintiéndose en una carrera de Meteoro, esperó la primera vuelta. Y la segunda. Hasta que apareció Norberto. Él. Vio girar su mano locamente sosteniendo la bocha de madera en que estaba inserta ella. La llave de la victoria. Su sortija. Estiró su brazo, agudizó su vista, respiró hondo, aceleró y sintió el frío del metal en la yema de sus dedos. Sintió como se le henchía el pecho, dobló sus dedos y en una milésima de segundo, Norberto lo miró fijo, le sonrió socarronamente y sin más, con un giro inexplicable…ZAS! Pablo había sido vencido. Sin embargo, lejos de rendirse, ya se preparaba para el próximo encuentro como cada sábado en la calesita del Parque Lezama.




La Argentinidad al Palo.-

Todo parte del mismo problema. En todos los órdenes. Mirar la paja en el ojo ajeno, sin hacernos cargo de nuestra propia responsabilidad. Sin pensar en lo que hago como ciudadano, como persona, como amigo. Quejarse y no accionar resulta, paradójicamente, más cómodo y más conveniente que preguntarnos si hay algo que hicimos mal o juntar fuerzas para cambiar sólo o junto a otros nuestra realidad.

26 de enero de 2012

Los detalles.-

Era su primer fiesta de disfraces, o al menos, la primera que ella recuerda. Era el cumpleaños de una de sus amigas, cree. Desafortunadamente, el tiempo sólo nos deja imágenes o más bien flashes de lo que uno va viviendo. Hay cosas incluso que ya le es imposible recordar. Algunos datos se deforman, pero hay instantes que marcaron su vida y quizás su personalidad. No recuerda su disfraz. Sin embargo, pese al empeño y al amor de su madre (eso nunca se los va a reprochar, amor y esfuerzo hubo de sobra), sabe que cuando llegó a la fiesta no se sentía linda como cuando había salido de su hogar. Las chicas de su edad tenían otra actitud, lo que hoy en día, los chicos etiquetan como populares. Ella no formaba parte de ese grupo. Era consciente. Por más que se esforzara no daba con el target. Era gordita, inteligente y la ropa no le calzaba como al resto. En fin, una nerd, pero con buenos sentimientos aunque escondidos. Disfrutaron de la fiesta y todos hablaban de los trajes, incluido del suyo. Para su sorpresa, no había causado una mala impresión. Podríamos decir que se sentía feliz, sentía que estaba fomando parte. En un momento dado, una de las chicas decidió hacer cambio de disfraces. La cumpleañera o alguien importante estaba vestida de princesa, con un vestido blanco, inmenso, como el de las películas, y cree que incluso lleva una pequeña corona. Alguien tuvo la idea de decirle a ella que se lo pusiera. No lo podía creer. Se lo puso, con vergüenza. Salió al espejo de medidas abismales que estaba en el pasillo y ocupaba toda la pared. Y se vio. Era un sueño hecho realidad. Estaba bellísima, se sentía en la cima de sus sueños. Sus compañeras le decían que estaba espléndida, que realmente parecía una princesa. No obstante, una de las populares llegó a la escena y sin más, dijo: "Sos una desubicada. No tenés que ponerte ese vestido. Vos no sos la protagonista acá. No es tu cumpleaños." Meditándolo, era verdad. O no. Ella sintió que su mundo se partía en mil pedazos, que le habían arrebatado ese momento de felicidad, sintiendose querida y linda de un plumazo. Pasó el tiempo y ella siguió igual, tratando de agradar. Quizás por eso hoy, no pueda dejar de complacer a los demás. Siga tratando de sentirse querida. Siga esforzándose por no quedarse afuera independientemente de los costos. Ese recuerdo enterrado en su memoria quizás haya sido el motor para el resto de sus acciones. Los detalles desaparecen con el tiempo, pero la esencia queda.

19 de enero de 2012

La decisión correcta.

Por un momento, se le cruzó. Ese loco pensamiento que solía aparecer contadas veces cuando sentía que su mundo alrededor apestaba  ( excepto por él ) que le encontraba poco sentido a las cosas y su cabeza era un kniunrvw vmug cñaoeifm de cosas incomprensibles. No podía frenar esa angustia que la agobiaba, que la hacía sentir minúscula, irrelevante y sobre todo, sin fuerzas, sin ganas. Sabía que algo había cambiado en su interior pero no podía ponerlo en palabras. Seguramente ni ella supiera qué era. Sin embargo, algo estaba pasando, algo que cambiaría su mundo para siempre. Quizás su mirada, pero eso la arrastraba al punto de querer desaparecer. Hacerse humo, cenizas. Era algo tan propio, tan interior que era casi imposible de explicar e imperceptible a los ojos de los demás. No obstante, desisitió. Había proyectos, había un otro esperando y sabía que le destrozaría la vida. Al menos, por un tiempo. Le agarró la mano, sintió el tibio calor de sus dedos, y una vez más, supo que era momento de trabajar, de poner manos a la obra. Sacar eso que estaba adentro, redescubrirlo, darle forma y seguir, Aunque le cueste. Aunque por momentos ya no quiera vivir.

18 de enero de 2012

La verdad.

La verdad, por lo general, es algo visible, algo demostrable. Aunque desde luego conlleva bastante dolor.

Haruki Murakami, 1Q84

No hay peor ciego que el que no quiere ver...

30 de diciembre de 2011

Problemas cotidianos de una obse sin remedio

1- Odio que me cambien los planes a último momento.
2- No soporto no saber la hora en la que voy a salir.
3- Tengo graves problemas cuando no me combinan los colores, entiendasé vestimenta, hogar, etc.
4- Me desespero si estoy llegando 5 minutos tarde.
5-Empiezo a prepararme para salir de mi casa siempre  2 horas antes si no me bañe y 1 hora antes si ya estoy bañada pero sin el pelo planchado.
6-Me cuesta ver la ropa marcada por los broches. Por eso, ponía unos pedacitos de tela debajo de los mismos pero no tenía tantos y se convirtió en un problema así que sobrevivo con las marcas aunque evito mirarlas.
7-Si hablo por teléfono, fumo.
8-Odio que mi marido no cierre las puertas, lo envases, los cajones, o sea, todo lo que sea posible de cierre.
9-Me pone muy mal la gente que no usa mails.
10-Si recibo un mensaje, lo tengo que contestar al instante como si fuese un llamado.
11-Me molesta ver manchas en el piso.
12-Me molestan los flotadores que sobresalen de los jeans. Los propios y los de los demás.
13-No me gustan los apuntes sin colores.

Igual soy linda :)